10 ago 2011

ESPAÑA, EN EL PODIO POR EL NUMERO DE FUNCIONARIOS

    
A finales de Junio leí en un periódico (uno obsesionado con alcanzar mayor tirada que El País) un artículo encabezado con el anterior titular. Empujado por su significado y por las primeras líneas del artículo, pensé que por fin iba a conocer la barbaridad de funcionarios con que España superaba a todos los países del mundo mundial, algo que un afamado monárquico, académico y periodista venía y viene denunciando tiempo ha como una de las lacras de este país. Diré, por no entrar en detalles, que este académico postula en sus columnas reducir los más de tres millones de funcionarios existentes en España a unos 600.000, con un par.
No he sido funcionario, aunque he trabajado cerca de ellos toda mi vida y se que, en general, trabajan mucho y bien. Tienen su puesto de trabajo garantizado de por vida, pero tan cierto como eso es que sus salarios, en la mayor parte de los casos, solo se incrementan con el IPC, a veces ni eso, y a veces…se les quita una parte como ha pasado recientemente.

Pero el tema, con respecto a mi académico articulista y repostero (le gusta mucho la canela, y si es fina, mejor) es otro. Esta persona ignora (o hace que lo ignora) que funcionario no es solamente el que está detrás de una mesa, o una ventanilla, en un organismo de la administración, resolviendo papeleo (imagen la más popular del funcionario), sino que el personal dedicado a la enseñanza, a la sanidad, fuerzas armadas, fuerzas del orden en cualquier esfera, funcionarios de prisiones, guardas forestales, técnicos en agricultura, pesca, y un larguísimo etc., son funcionarios. Todo eso supera con mucho los 600.000 que este hombre propone limitar. Yo le preguntaría si quitamos a los de la pluma (y que las cosas se hagan solas en los organismos oficiales), o mejor al ejército y, que mas da, al personal dedicado a la enseñanza; quizás mejor quitemos a los de sanidad. Claro, me va a decir que todos esos puestos se pueden cubrir mediante empresas privadas que realicen tales servicios. Bien, ¿porqué no? Se puede hacer. Pero ignora que la finalidad de estas empresas es, primero, el mayor lucro posible, y luego lo demás; que si ahora hay unte y corrupción, esto se multiplicaría por mil (menudo contrato el de facilitar un ejército privado, por ejemplo, como los expertos en seguridad que EEUU mandó a Irak con unos sueldos fabulosos…claro que para proteger casi en exclusiva a los mandamases).  Por favor, un poco de cordura…
Entiendo que se pueda pedir, porque es justo y razonable, que se optimice todo lo posible la labor de los funcionarios, que se haga más eficaz, que se les dote de medios suficientes, incluso que se les pueda sancionar si no cumplen con su cometido de manera dolosa, y así, pero dejarlos en 600.000… ¿En qué tiempo, en un par de meses? Creo que mi admirado académico y repostero ha tomado demasiada canela y quizás debiera ponerse en manos de algún médico especialista para ver que le pasa. Pero que se de prisa, no sea que dentro de los 600.000 no tengan cabida los psiquiatras.

Y volviendo al artículo en cuestión, cualquiera que leyera el titular pensaría que España era la primera en el podio ese, o cuando menos, la segunda o la tercera. Pues no, las cifras que el mismo artículo refleja dejan bien claro que, en términos relativos (la única manera correcta de analizar esto), Francia, Bélgica, Portugal, Irlanda, Italia, Grecia, Holanda, Reino Unido, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Suecia… son países todos con más funcionarios públicos por cada 100 habitantes  que España. Los nórdicos, eso sí, merecerían una clasificación diferente, pues la cantidad de servicios públicos allí ofrecidos es muy superior al resto de Europa. En el artículo queda bien manifiesto que sólo Austria y Luxemburgo tienen menos empleados públicos por cada 100 habitantes que nosotros. Estamos en el podio..., pero al revés!! Vaya manipulación la del dichoso periódico. Bueno, en esto es un maestro (a mi juicio), sobre todo en lo que se refiere a titulares de artículos.

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