A un tal Alfonso Ussia no le gusta ver por las calles de las ciudades del interior (por las costeras, lo tolera...) a hombres en pantalón corto. No le parece mal que las mujeres si los lleven, siempre que su edad sea la adecuada y sus piernas largas. Este sujeto no es tonto del todo; para él, por lo visto, es una cuestión de calidad de carne.
Me da la impresión de que este hombre debe llevar un frasco de sales en algún bolsillo para cuando un olor molesto, o la visión de suciedad en un vagabundo, o de la carne descolgada de una mujer mayor le produzcan un desvanecimiento. Espero que en tal ocasión sea atendido por una quinceañera con short, buenas y largas piernas y mejor escote, no sea que algún hombre maduro en pantalón corto y chanclas pretenda auxiliarle y sea peor el remedio que la enfermedad.
Pero la guinda de su artículo es la alusión a que "los árabes son admirables, que por plomizo que sea el calor del desierto, mantienen la estética en la vestimenta"... desde luego que si, y la de sus mujeres.
¡Vaya ejemplar...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario