Mi anciano y patético académico acaba de publicar otra columna en EL MUNDO, un verdadero pastel pasado de canela y grasa.
¿Como es posible que se pueda aplaudir sin el menor pudor a Berlusconi, un gobernante inmoral y corrupto hasta las cejas (implantadas, sin duda), porque ha adoptado unas medidas aparentemente radicales para sacar a Italia de la crisis? Si se toma la molestia Ansón de anotar las medidas, la fecha en que se han aprobado, y la fecha en que se supone que habrán hecho efecto, podrá comprobar lo siguiente:
...que muchas de ellas no se llevarán a efecto, porque son un brindis al sol, o ¿ cree Berlusconi que los habitantes de esos pueblos a agrupar lo van a consentir?
...que las pocas que se lleven a efecto, después de la que se va a armar en Italia por los perjudicados (los de siempre), se suavizarán y no servirán para mucho.
...que los verdaderos culpables, los políticos corruptos, los grandes empresarios, los bancos, y a la cabeza el propio Berlusconi, no sufrirán ninguna merma de sus fortunas, ni de sus ingresos, en ningún momento.
Lo anterior lo sabe el peripatético Ansón, pero con tal de criticar a Zapatero es capaz de ensalzar a un sinvergüenza que ha legislado en su favor, y en el de los poderosos, pero al tiempo, capullo...
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