25 ago 2011

La hiena de siempre...

En una entrevista que Casimiro García-Abadillo le hizo en el verano de 2011 a Federico Jiménez Losantos, en el programa En Confianza de Veo7, este personaje carga contra el PSOE y contra el Juez Gómez Bermúdez a cuenta del 11-M.
 Respecto al PSOE dice sin el menor pudor que hizo todo lo posible para que Aznar quedara como culpable de los atentados de Marzo de 2004, para que perdiera las elecciones tres días después y de paso terminar con el sistema de alternancia PP/PSOE y con el espíritu de la Transición. No cabe duda que el tal Federico es un mal bicho, porque hay que serlo para no reconocer que, con Aznar a la cabeza, el gobierno del PP mintió y manipuló –incluso en la ONU, para vergüenza nuestra-- con el objetivo de que se imputaran a ETA los atentados, sabiendo que la gente les culparía a ellos por habernos metido en la invasión de Irak. Solo por esto se mereció perder Aznar las elecciones. Cualquier mentira que el gobierno de Zapatero hubiera dicho en sus dos legislaturas de gobierno palidece frente a la ignominia de los Aznar, Acebes y Cía.
Respecto a Gómez Bermúdez, que puede haber estado más o menos acertado en su labor como juez del 11-M, le acusa de “haberse vendido muy barato”, es decir le acusa de corrupto y prevaricador, el peor delito que puede cometer un juez. De paso que calumnia a este juez, le pone mal cuerpo a las víctimas del 11-M y familiares de las mismas, las cuales seguirán creyendo que los verdaderos culpables de los atentados siguen sin pagar (¿gente del PSOE? ¿Servicios Secretos Marroquíes? ¿Etarras? ¿Porqué no el mismo Zapatero?). Lo único que ha pasado durante la investigación y durante el juicio es que se han producido torpezas y alguna contradicción, pero que no afectan en nada a lo fundamental del asunto. Por lo visto, para el tal Federico el que algunos de los principales culpables se inmolaran haciendo volar el edificio en el que estaban no tiene importancia (quizás se inmolaron para fastidiar a Aznar…). Seguro que los atentados del Metro de Londres, y algunos que se evitaron en otras ciudades de Europa, también los prepararon los etarras, con ayuda de Rubalcaba y, quizás, del propio Zapatero. He de reconocer que el tal Federico supera con creces el nivel de maldad que yo he creído hasta ahora que podría caber en una persona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario