NO LO PUEDEN EVITAR
El titular de portada de El
Inmundo de hoy (28 de agosto), me ha provocado indignación. La suficiente como
para volver a escribir en mi blog, cosa que ya no conseguían los componentes
del trío pútrido, Federico, Sostres y Dragó, juntos o por separado.
Federico
hace tiempo que es presa de una paranoia aguda, y a partir de un cierto momento
solo se repite, no aporta nada nuevo en sus columnas. Su tesis es siempre la
misma, y la conclusión idéntica: que mala es la izquierda, que malos los
sindicatos, que malo todo… menos la Aguirre (ya no recuerda que cuando su
pleito con Gallardón le dejó con el culo al aire) y Aznar (no se debió enterar
de quien puso los cimientos para la burbuja inmobiliaria en este país).
Federico es, en realidad, un resentido, aunque listo, pues sabe decirle a su
audiencia lo que esta quiere oír, es decir, que España es una mierda por sus
políticos, por sus sindicalistas, por sus autonomías, por los dirigentes de
estas, por unos jueces corruptos, por una policía ineficaz, y todo así.
Lo
de Sostres no tiene cura a juzgar por las tonterías y barbaridades que suelta.
Es un idiota provocador, pero como le pagan por lo que escribe… La mayor parte
de las veces, en sus columnas, nos cuenta su vida, o pone como ejemplo a su abuela,
o critica a las mujeres en la cabeza de la suya propia. No es alguien para
tener en cuenta sus opiniones. A la vista de las mismas se puede deducir que no
hubiera hecho mal papel en el equipo que dirigía Himmler.
Drago
es otra cosa. Es el típico sabelotodo que ejerce, ácrata de élite y con un gran
ojo clínico para calificar a los gobernantes. Para él, así lo escribió,
Berlusconi era el único gran gobernante de Europa…
Pero
a lo que iba. No debiera haberme sorprendido el titular de El Inmundo. Al fin y
al cabo, Pedo J necesita demostrar todo el tiempo que es el mejor (aunque
moralmente sea un pingajo), el guardián de las esencias del verdadero
periodismo (aunque esté más cerca de un manipulador que de un devoto de la
verdad), el sagaz investigador al que no se le escapa nada (aunque sea capaz de
apuntarse, sino es que de montar, toda una teoría conspirativa en la que meter
a todo enemigo, para vender más periódicos, aun a costa de mantener e hinchar
una mentira hasta el infinito). Pero si, me ha sorprendido. Por eso escribo
estas líneas, para decirme a mi mismo que siguen ahí, y que no lo pueden
evitar. Lo de esta gente es visceral.